INSTITUTO CULTURAL DE LEÓN
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Talleres Fenal: Construcción de género en la literatura infantil y juvenil

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Texto de Margarita Vázquez


Los talleres no podían faltar en la Fenal 31. Este año contamos con 17 talleres cuyo eje temático es la construcción de género en la literatura infantil y juvenil con el fin de sensibilizar, reflexionar, y detonar experiencias lectoras para niños, niñas y jóvenes.


Para las y los pequeñines de 3 a 6 años tendremos  “Las niñas dinosaurio también van a la escuela”, “Unidos y diferentes, se entiende la gente” y “Diferentes e iguales: crea tu títere de papel”, donde a partir de la plastilina y los títeres se hablará de las diversidad, la identidad y la libertad. Por otro lado, las y los niños de 7 a 9 años podrán conocer más de científicas reconocidas, estereotipos de género y de los diferentes tipos de familia, todo mientras juegan con la ciencia, recortan y hacen collages. 


Los dragones, los cuentos de hadas, las aventuras fantásticas y Minecraft dotarán de magia a los talleres para niñas y niños de 9 a 12 años con un rally virtual, armas fantásticas, la reescritura del final de la cenicienta y el teatro. Para el público de 12 años en adelante tenemos un taller donde literatura y grabado se unirán para dialogar sobre las diferencias de género. 


Los talleres especializados son una oferta atractiva para públicos mayores de 18 años. Este año ofertamos “De la otra banqueta: Arte + Diversidad Sexual”, mediante un podcast se charlará con artistas que se enfrentan a la disidencia sexual,  ‘Súper estrella del corrido’ donde las y los participantes extraerán las ideas principales de la obra literaria Yerma para convertirla en versos rimados, crear personajes, organizar una historia y más. Así mismo, tenemos el taller de narrativa “La mentira como vehículo para la verdad” donde Jordi Ledesma guiará la planificación y desarrollo de una historia ficción. 


Sin duda, los talleres son una herramienta lúdica para poder imaginar y crear otros mundos posibles, en la Feria Nacional del Libro de León lo sabemos y es por eso que esta edición virtual se adapta a formatos digitales como video tutoriales, podcast y conferencias para llevar a la comodidad de los hogares la experiencia de los talleres Fenal. 


Consulta de programación completa y no te pierdas los talleres de Fenal 31 para ti.


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Programación artística de primera

Texto de Margarita Vázquez La Fenal sin su programación artística no sería Fenal, es por eso que en esta edición especial tendremos espectáculos de primera. Empezando por la danza y la música con La Belga Collective que presenta dos piezas dancísticas que nos llevan por un breve recorrido a través de la historia y, Tenampa Brass Band nos acompaña con una original propuesta rítmica que seguro pondrá a bailar a más de uno. El teatro también tendrá cabida en esta Feria del Libro, Zomalli Producciones presenta Malas Palabras, obra en la que su protagonista, Flor, habla sobre su infancia y una verdad que le fue ocultada. Moebius Teatro Clown presenta Patito Feo, una nueva versión del cuento clásico y Ojo Negro Teatro de Títeres trae comparte dos obras: De un lado a otro y Contramolinos, espectáculos de títeres que buscan formentar la lectura desde el Día de Muertos y las aventuras de Don Quijote, respectivamente. Los cuentacuentos son una parte fundamental de las primeras experiencias lectoras y este año traen una oferta que encantará a chicos y grandes. IKARIA Teatro retomará las leyendas y nos deleitará con 5 Musikhuentos, Bernardo Govea nos maravillará con historias de niñas, niños y tres cochinitos, enSEÑAteatro nos trae varias historias de animales divertidos e inquilinos serios. Por su parte, Huasmole Corp presenta un cuento sobre cómo sonorizar nuestras propias historias. Las niñas y niños también toman el micrófono en la Fenal 31 y presentan divertidas narraciones. La Compañía Nacional de Teatro no podía faltar, en esta ocasión tendremos una lectura dramatizada de los cuentos escogidos de Antón Chejov, bajo la dirección de  Arturo Beristáin. La multidisciplina se hace presente con Manuel Cinema, quienes combinan marionetas hechas a mano, sombra, técnicas cinematográficas y sonido innovador para llevar a la comodidad de cada hogar la historia de Frankenstein vista desde otros ojos. Un colectivo presenta CIVIL, un espacio para cuestionar nuestro rol como civiles a través de dispositivos que conjugan herramientas de la instalación, arte objeto, la gráfica, material audiovisual y partituras de acción. Para cerrar con broche de oro, la Fenal 31 será escenario de las finales de dos concursos. Por un lado Lucha Libro, una contienda en vivo entre dos escritores enmascarados, un relato corto en cinco minutos, una pantalla gigante, un jurado y el público. Por el otro lado, en Érase una vez rap 4 adolescentes y jóvenes reescriben clásicos de la literatura y los rapean con micrófono en mano. Entonces ¿ya agendaste las fechas de tus presentaciones artísticas favoritas? Arte, teatro, lectura y diversión en la Feria Nacional del Libro de León 31. 

Escribir sin fronteras

Por: Edgar Aguirre “Lo más interesante de mi trabajo es ver cómo me leen personas con quienes no tengo nada que ver, cómo interpretan mis libros personas con las que no tengo ninguna relación. Eso me parece en realidad lo más estimulante”, Daniel Saldaña París. Amuy temprana edad, Daniel Saldaña París se interesó por la poesía; como lector y a través de una actividad escolar, recuerda haberse acercado a García Lorca y descubrir con éste la experiencia sonora y fonética del poema, despertando en él la inquietud que, en esa misma etapa, lo llevaría a dar sus primeros pasos en el mundo de la escritura. “Me interesó la poesía más por el lado de la música, me gustaba la música y la cualidad musical del lenguaje y de la poesía, la posibilidad de hacer juegos con las palabras, que sonaran interesantes y que sonaran bonito más allá de lo que significarán; y un poco fue esa mi entrada al mundo de la poesía”. Definitivamente, como él lo comenta, la música no se le dio; pero encontró en la escritura un camino que, desde el primer momento, sintió que podía recorrer con mayor facilidad. Mientras estudiaba la carrera de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, se interesó por continuar inmerso en el mundo de la literatura a través de la lectura y la escritura. Tomó un par de talleres en centros culturales madrileños, aunque su formación ha sido principalmente autodidacta; un camino de aprendizajes que se dieron muy de la mano con su labor como editor en diversas revistas en España y México. Todavía estaba en España cuando comenzó a escribir el que sería su primer libro de poesía, Esa pura materia, publicado en 2008 por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y acreedor al Premio Nacional de Poetas Jóvenes Jaime Reyes. “Ese libro fue un libro de juventud, un primer acercamiento a la experiencia de publicar. No es un libro que se haya reeditado y no es un libro que me interesa reeditar. En realidad a partir de mi segundo libro que fue La máquina autobiográfica es cuando siento que algunos de los intereses o de las preocupaciones temáticas y formales que había en ese libro son las que todavía puedo rastrear en mi obra presente”. Saldaña París ha hecho un recorrido por diversos géneros, iniciando por supuesto con la poesía, pasando por la novela y ahora, con su más reciente escrito, se involucra también en el ensayo y la crónica. Aviones sobrevolando un monstruo “es una especie de libro híbrido que se mueve en esos terrenos entre distintos géneros”; este libro, escrito en primera persona, lleva un fuerte contenido de referencias autobiográficas además de crónicas de ciudades, recorridos por lugares significativos para su autor. “Hablo de Cuernavaca, de la Ciudad de México, de Madrid, de Montreal donde viví unos años, de La Habana que también tiene un peso y un significado específico dentro de mi vida; y bueno, hay también muchas referencias a mis lecturas, jugando con la idea de que mi experiencia del mundo es también mi experiencia de los libros y que lo que yo puedo decir sobre mi vida estaría incompleto si no hablara de los libros que he leído. Hay por lo menos dos o tres crónicas dedicadas a la Ciudad de México de diferentes aspectos. Siempre he tenido una relación como de vaivén porque nací ahí pero me he ido muchas veces y he regresado a vivir muchas veces; entonces creo que algo de esa mirada como entre nostálgica pero también extranjera a veces termina reflejándose en mis textos como la sensación de llegar a un lugar que siempre es inagotable y que siempre hay aspectos desconocidos de la ciudad que me siguen sorprendiendo”. Su proceso creativo se encuentra muy ligado a un trabajo mental que brinda estructura a las ideas iniciales: “antes incluso de escribir un libro pienso cómo quiero que suene, hacia qué tipo de estructura me interesa trabajar en ese libro, qué tono, qué registro, qué tipo de prosa, qué tantas comas voy a usar, qué tantos puntos…”; sin embargo, asegura, siempre existe un elemento de improvisación, una parte de descubrimiento que lo vuelve un trabajo artístico e impredecible. Actualmente ha centrado la creación de sus textos en propuestas que buscan trascender los diversos géneros, implementando y mezclando sus distintas herramientas, al igual que lo hacen, o hacían, muchas de sus referencias literarias. “Me gusta mucho Ricardo Piglia, que es un escritor argentino que aunque sean novelas tienen fragmentos enteros de crítica literaria; o la obra aquí en México de Verónica Gerber que también juega un poco no sólo entre los géneros literarios sino entre diferentes expresiones artísticas incorporando cuestiones de dibujo y cosas así; o la obra de Luis Felipe Fabre que a veces es teatro, o poesía o novela y se mueve también como en esos terrenos liminales. Yo creo que también a mí lo que me gusta en realidad es escribir cuadernos, no libros”. Además de la escritura, Saldaña se desenvuelve en muchos otros campos alrededor de la literatura; sigue desarrollándose como editor, así como traductor y tallerista, lo que le permite también formar parte de un aprendizaje continuo. “Como son oficios afines las enseñanzas de uno me sirven para el otro, es decir, al editar me acostumbro a trabajar de cierta manera los textos, me sirve después para trabajar mis propios textos con ese nivel de rigor o con esa mirada, buscando ese tipo de objetividad en el trabajo con mis propios textos; entonces creo que por ese lado ha sido provechoso poder entender diversas formas o diversos ángulos de acercarse al texto literario y lo mismo para la traducción”. Este mes de julio, Daniel Saldaña París formará parte de la edición 32 de la Fenal, trayendo consigo sus letras a través de su más reciente publicación Aviones sobrevolando un monstruo (Anagrama, 2021). “Espero que los lectores de León se acerquen a la Feria del Libro (respetando todas las medidas sanitarias) y que podamos convivir y retomar también; me parece importante el contacto presencial entre lectores, autores, promotores de lectura, porque la literatura además de ser una actividad solitaria que hace cada quien en su casa con un libro también puede ser una actividad colectiva de discusión, de reflexión entre todos, y nos hace falta esa parte desde hace más de un año, y espero que lo podamos retomar”.

Contar historias, no importa dónde

Por: Jorge FloresEl mundo se cuenta en historias, algunos usan los libros y otros la pantalla, Chascas se encuentra en medio de estas dos dimensiones, su mente se mueve cómodamente entre una y otra; con el streaming a tope, el autor chileno ha encontrado el éxito gracias a esta fortaleza. José Ignacio Valenzuela, Chascas, es un creador de contenido de 49 años. Desde niño cuenta historias, cuentos que no tienen un contenedor específico. Letras que se convierten en escenas e imágenes que se traducen en texto; siempre tuvo esta facilidad para navegar en dos formatos, habilidad que hoy es el pilar de su carrera. “Cuando yo era muy chico, a los siete u ocho años, escribía cuentecitos; siempre me gustó escribir (…) Cuando tenía nueve o diez un día salí de mi casa y encontré que había camiones, gente, porque estaban grabando una telenovela. La casa de al lado era la de la villana de la telenovela y entonces quedé deslumbrado con todas estas cosas de las cámaras, el director gritando acción, los actores repitiendo las escenas, imagínate mi cara de emoción que alguien me agarró y me subió al móvil de transmisión y yo veía el director que apretaba botones; hasta me regalaron un libreto”, cuenta el escritor en entrevista para la Revista Cultural Alternativas. “Entonces desde muy chico no tuve diferencias en mi cabeza, en mi proceso creativo, en mi tipo de escritura por pasearme por un formato o por otro. Para mí fue absolutamente natural”, recuerda aún con entusiasmo. Pero luego vino un conflicto externo, la sociedad llena de prejuicios y egos que le pintó una línea entre la televisión y los libros, limitando su libertad creativa y construyendo una frontera que para él nunca había existido. Estudiando literatura en la universidad escribió su primera telenovela y con ello llegaron las primeras críticas, sus colegas y profesores lo menospreciaban por haber caído en ese género ‘menor’; irónicamente, años después, cuando ya era un nombre en el mundo de las telenovelas y continuaba escribiendo libros, en el ámbito televisivo lo miraban con recelo. “Despreciaban el género, «¡Ah se puso tonto José Ignacio, se puso tonto, mira tan bien que iba estudiando literatura con sus libros!». Luego me pasó al revés, cuando estaba haciendo telenovelas seguía escribiendo libros, allá en el mundo audiovisual era «se cree muy muy porque ahora saca libros», era una cosa absolutamente delirante”, relata divertido. Al inicio estos prejuicios representaron un problema en su carrera, elegir televisión o libros; pero con el tiempo descubrió que su capacidad para moverse de un mundo a otro, no era una debilidad, sino una fortaleza que se propuso desarrollar. “Decidí que iba a escribir libros que parecieran películas e iba a escribir series que tuvieran referencias literarias, iba a hacer híbridos. Ahora ese conflicto me terminó dando la clave de mi carrera”. Fue entonces que las líneas que dividían esos dos mundos se difuminaron, pero no solo para él, sino para la industria literaria y audiovisual; ahora la televisión busca a la literatura para alimentarse y la literatura toma de referencia las tendencias en el streaming para proponer nuevas historias. Luego de una extensa carrera escribiendo telenovelas para Televisa y TV Azteca, además de una serie de publicaciones literarias; Netflix, el monstruo del entretenimiento en la actualidad, contactó a José Ignacio para la creación de una serie. Así nació ¿Quién mató a Sara?, que se convertiría en el estreno más visto de habla no inglesa en Estados Unidos, que tiene la plataforma hasta el momento (55 millones de cuentas que vieron la serie en su mes de estreno). “Cuando Netflix me llamó en enero del 2019 para ofrecerme escribir una serie, lo único que me dijeron fue «nosotros queremos una serie de suspenso», yo dije sí por supuesto, ¿qué iba a decir? —recuerda con gracia e ironía—, colgué la llamada y me aterré porque dije «esta es la misma gente que hace Stranger Things, que hace The Crown, que hace House of Cards, es la misma gente que está haciendo eso, yo no estoy a esa altura, yo no les llego ni a la rodilla». Entonces me matriculé en la universidad para estudiar guión de streaming para series, por 6 meses”, declara. Chascas fue descubriendo muchas cosas en este proceso. Las telenovelas tenían pocas pantallas y horarios, así que su oferta y temática era muy limitada, en cambio las series pueden verse en cualquier momento y desde una infinidad de dispositivos; la televisión en el pasado tenía segmentado a su público, hoy el streaming le ha quitado el rostro, edad, clase social y género a quien sea que esté frente a la pantalla. Otro diferenciador importante, el presupuesto, una telenovela podría costar tres millones de dólares, un capítulo de una gran producción en Netflix puede costar sesenta millones de dólares. José Ignacio tuvo que reaprender a contar historias ante la prioridad de cautivar a la audiencia; hoy las producciones llegan a todos los rincones del mundo y es imposible saber con quién se está ‘hablando’. Ante esta disyuntiva, el autor buscó el modo de ser universal, de hablarle a todo el mundo y entonces recordó que en México le enseñaron que hablar con un acento, escribir desde lo específico, es siempre más atractivo. “Me acuerdo haber tenido esa discusión de 30 años de estar en México, alguien me dijo «nosotros los mexicanos mientras más nos vemos, más mexicanos nos ponemos, no hablamos en neutro en nuestras telenovelas, nosotros hablamos en mexicano». Y entonces pensé en esa cita de Tolstoi que decía «pinta tu aldea y serás universal»”. Así fue como Chascas ‘se miró el ombligo’ y contó una historia para sí mismo, una historia calculada que se convirtió en un fenómeno, la razón nadie la sabe; el autor hizo una historia de suspenso, corrupción y abuso de poder pensando que esos elementos podrían atraer a la audiencia, pero el ‘qué’ específico que convirtió a ¿Quién mató a Sara? en el éxito que hoy en día es, nadie lo sabe. “Mi instinto me guió para decirle a mi jefe «mira, por ahí me quiero ir, porque siento que con esa manera al menos vamos a minimizar riesgos», pero minimizar riesgos no significa un éxito, ¿cuántas veces yo mismo he hecho proyectos minimizando riesgos y me ha ido pésimo?, no tengo idea qué sucedió con ¿Quién mató a Sara?”; finaliza el autor. José Ignacio Valenzuela, quien vive entre sus éxitos literarios, sus obras en la televisión y ahora el streaming, participará en la Feria Nacional del Libro de León como uno de los invitados estelares.